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Zona templada: el amor como una víctima


LUIS JHON/EL ECONOMISTA

La obra cambia de teatro: deja el Foro Coyoacán y pasa al Teatro Orientación

Zona templada es un drama donde el triángulo amoroso no acaba con un tiro en la frente de alguno de los amantes. Aquí la víctima es el mismísimo amor. ¿Existe algo semejante a ese extraño y complejo sentimiento?

Este es el último fin de semana que la obra de Luisa Josefina Hernández se presenta en el Teatro Coyoacán, partir del 11 de septiembre abre telón en el Teatro Orientación y una buena oportunidad par volver a hablar de ella.

María Salomé (Dora Cordero) es una actriz con un divorcio a cuestas. Ahora vive sola. Pero, mientras espera que aparezca el amado, cierto sentido práctico le permite mantener una relación con su primo hermano, el doctor Genaro Heredia (Luis Miguel Lombana). Él está casado.

Aparece un tercero en discordia: el francés Etienne (Guillermo Larrea). Él tiene tuberculosis y va a morir. Poco a poco, el amor y una enfermedad terminal se van constituyendo como una misma cosa. Ambos le quitan a su víctima la capacidad de pensar claramente y la dejan indefensa ante el egoísmo.

En esta puesta en escena, las actuaciones se dirigen más a explorar las pantanosas aguas donde habitan las obsesiones de sus personajes. Todos ellos, ya sea de manera evidente o no, viven entre la realidad y la ilusión, sin darse cuenta qué terrenos pisan.

La intención de la obra es tocar el tema del amor desde otra óptica. No quiere caer en el típico juego del amor imposible, ya sea del padre que esconde a la novia, o del joven al que con engaños lo alejan de la mujer amada. Vamos: no quiere ser telenovelesca ni melodramática.

A pesar de las intenciones de la obra, hay momentos en los cuáles parece que cae, efectivamente, en cierto melodrama. Aunque debe reconocerse, en términos generales, el buen trabajo actoral.

El sufrimiento de los actores se ve compensado cuando resaltan esos brevísimos momentos de humor negro. Se trata de respiros necesarios y no sólo eso, así se rescata la fría mirada del autor.

Zona templada es un drama recomendable. Si no pueden asistir este fin de semana, no hay problema. A partir del 11 de septiembre la obra se presentará en el Teatro Orientación, del Centro Cultural del Bosque, de jueves a domingo.

 

 

 

PERIÓDICO REFORMA

 

Dramatúrgicas / Apuesta al diálogo inteligente

Por Ximena Escalante REFORMA


(08 Agosto 2003).-

Luisa Josefina Hernández siempre deja al espectador con el suspiro en la garganta. O con ganas de soltar una carcajada abierta. Pero no, ella prefiere mantener esos impulsos contenidos y apuesta por el diálogo inteligente entre sus personajes y los espectadores. Su dramaturgia es profunda, rigurosa y sumamente divertida. Cada una de las palabras dichas en el escenario cae en el lugar preciso, en el momento preciso. Sus personajes, seres todos inteligentes y aptos para soportar cualquier golpe de sarcasmo, están ligados entre sí por un fino conocimiento de las contradicciones de la vida. Y nada sobra en sus obras, dotadas de una magnífica economía dramática.

Zona Templada fue escrita hace 10 años y plantea una trama de corte pirandelliano. Tres personajes, envueltos en un triángulo amoroso, se ven empujados al extremo de sus debilidades. Una actriz, un médico y un fotógrafo, todos confundidos y ubicados en circunstancias dolorosas, tendrán que convivir y entender su fracaso sentimental.

Ella, María Salomé, relaciona los parlamentos de su personaje -otra actriz-, con los de su propia vida. La obra de teatro que está a punto de estrenar, también se trata de amores confundidos y reclamos amorosos. Su amante de planta, Genaro, es su primo hermano, un médico perfectamente adaptado a la moral y casado con una enferma de cáncer terminal, de la cual se dice terriblemente enamorado. Pero inesperadamente un viejo amante regresa, Etienne, enfermo mortalmente de tuberculosis, quien desquicia el "orden" que nunca estuvo en orden. Teatro, pasión, enfermedades e incesto, elementos todos del melodrama, propios de una tesitura emocional alterada, pero dibujados con la pluma de la autora en tono de pieza, donde las crisis se van dando lentamente, bajo las miradas de la conciencia.

Así, la ficción del teatro se va mezclando con la realidad y las ficciones que cada uno de los personajes construye de la vida. Teatro y realidad se enredan, en un fino juego de espejos. ¿Quién entiende los mecanismos del amor?, pregunta la autora.

Sus personajes tratan de encontrar la respuesta, y el espectador desde su butaca, también. A lo largo de la función se escuchan desde distintos lugares de la sala risas aisladas, comentarios, expresiones de asombro o reclamo y los gestos atentos muestran cuán latente está la problemática de los personajes en la carne del público.

Tres actores dan a esta pieza delicada un peculiar nivel de teatralidad: Dora Cordero, Luis Miguel Lombana y Guillermo Larrea, dirigidos por Ignacio Escárcega con naturalidad y soltura. Desde la primera frase con la que se abre la obra, hasta la última, cada parlamento es dicho con inteligencia y sentido de verdad. Curiosa paradoja que recuerda nuevamente a Pirandello: mientras los personajes sufren su realidad como algo incomprensible, el teatro de la vida es más explícito para el espectador. Es, sin duda, una obra de impecable factura, propia de una tradición sólida de la dramaturgia mexicana: un realismo en el que la familia y el amor son tocados con ironía y sin pudor.

Tal vez, la mayor cualidad de este proyecto es la ausencia de ambición o pretensiones de originalidad. Es un trabajo sencillo, en el que el texto va fluyendo cristalinamente, los actores se sienten inmersos en la ficción y parecen amar el texto, la música es congruente y el espacio íntimo que se crea en el Teatro Coyoacán favorece. Lamentablemente, la escenografía desentona con el resto de los lenguajes escénicos y parece un tanto protagonista. Demasiado metafísica, rompe drásticamente con el estilo realista del texto y las actuaciones, y se siente incomprensible.

 

 

Zona Templada Teatro Coyoacán, Eleuterio Meléndez 11, San Mateo Coyoacán.

Vi: 20:00, Sá: 19:00, y Do: 18:00 horas. $50.

 

 

DIARI AVUI


 
Cultura i espectacles
[Enviar l'article per e-mail] [Imprimir article] [Edició] 04/08/03

QUADERN DE TEATRE

'ZONA TEMPLADA'
De retorn a D.F. encara vam tenir ocasió de veure en escena una peça de Luisa Josefina Hernández, Premio Nacional de les ciències i les arts 2002, una dramaturga de llarg recorregut, autora de mig centenar d'obres, precursora del teatre de l'absurd, del brechtisme i del teatre didàctic llatinoamericà, mestra de tota una nova generació de joves dramaturgs mexicans i, tanmateix, ben poc representada en els escenaris de la capital. Zona templada (1993) s'ha estrenat al Teatre Coyoacán sota la batuta d'Ignacio Escárcega, director de la Escuela Nacional de Arte Teatral. Arturo Nava signa una escenografia a manera de gàbia sense barrots que va girant a mesura que avançava l'acció. L'actriu Dora Cordero, ben coneguda a la TV azteca, encarna la protagonista, vèrtex d'un triangle amorós que en realitat certifica l'ensulsiada d'un ideal d'amor irrealitzable perquè és fruit de les fantasies individuals que es projecten sobre la persona estimada sense gaire ancoratge amb la realitat quotidiana. Luis Miguel Lombana és l'amor domèstic, conservador, compromès, tot i que íntimament decebedor. Guillermo Larrea incorpora l'amor foll, irresponsable, esmunyedís, però per això mateix estimulant, encara que infructuós. Un enfocament decididament antiromàntic que atorga originalitat a una autora ara justament reivindicada.
Botons

PERIÓDICO LA JORNADA

México D.F. Lunes 14 de julio de 2003

La obra escrita por la dramaturga Luisa Josefina Hernández se estrena el viernes

En Zona templada el amor lidia con la moral

CARLOS PAUL

Le llamamos amor, porque la palabra correcta aún no se ha inventado, dice uno de los personajes de Zona templada, obra escrita por la dramaturga Luisa Josefina Hernández, en la que se refleja la cuestión de cómo conciliar el deseo y el amor, con el universo de los deberes, las responsabilidades, los remordimientos y el ojo social que juzga una relación.

La obra dirigida por Ignacio Escárcega se ubica en el contexto del teatro realista de la dramaturga, quien fue alumna de Rodolfo Usigli, maestra de varias generaciones de autores dramáticos, y que el año pasado recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes.

De muchas maneras se ha expuesto y abordado el tema del amor, en este caso, explica Escárcega, se plantea -entre otras cosas- "el cómo vincular el universo de lo que uno añora y supone con las necesidades implacables de la vida cotidiana, con el no poder renunciar al amor y con el no tomar las decisiones convenientes para llevarlo hasta sus últimas consecuencias''.

La historia gira en torno a una actriz, a punto de estrenar, que mantiene una relación secreta con un hombre maduro y que recibe la visita de un antiguo amante. "Triángulo amoroso que va más allá de decidir con quien sí o con quien no, pues aquí -añade el creador escénico- es muy importante diferenciar una situación de enamoramiento a la de amar.

''Los personajes no son jóvenes, por lo tanto, lo que les ocurre lo viven desde una perspectiva en la que hay mayor conocimiento de lo que desean y quieren hacer. No se habla de un enamoramiento espontáneo, sino de una etapa posterior, en la que tiempo y convivencias pasadas, intentan impulsar una nueva frescura y espontaneidad amorosa.

"En el fondo se trata de cómo conciliar el deseo, el amor, con el universo de los deberes, las responsabilidades, los remordimientos y el ojo social que juzga una relación".

Zona templada fue publicada en la revista Tramoya en 1993 y es la segunda parte de un díptico (la primera se titula Las bodas).

''Las obras de Luisa Josefina Hernández se estructuran de manera realista; sin embargo, un transfondo de irrealidad transforma la vida de sus personajes en una mera representación teatral".

Tal es el caso aquí, en el que en un juego de espejos la protagonista (una actriz) se ve vinculada con la ficción que representará.

El tema del amor es complejo y fecundo y de ninguna manera es igual para todos, -explica Escárcega-, nosotros hemos tratado de abordarlo desde la perspectiva que apunta la autora en voz de uno de los personajes: ''le llamamos amor porque la palabra correcta aún no se ha inventado''.

Con las actuaciones de Luis Miguel Lombana, Dora Cordero, Guillermo Larrea y la música original de Ziggy Fratta, quien se presentará en vivo tocando los teclados, Zona templada se estrena el 18 de julio a las 20 horas en el Teatro Coyoacán (Eleuterio Méndez 11, esquina Héroes del 47 y División del Norte, Coyoacán).

PERIÓDICO REFORMA

Por Julieta Riveroll

Poco representada


Ciudad de México (15 julio 2003).- Reconocida en el 2002 con el Premio Nacional de Literatura y Lingüística como dramaturga, Luisa Josefina Hernández (1928) fue discípula de Rodolfo Usigli, especialista en Letras Inglesas y maestra de Teoría y Composición Dramática en la UNAM y en el INBA. Pocas veces sus obras se llevan a los escenarios mexicanos, pero se han montado en Estados Unidos, Siria y Venezuela. Es autora de más de 60 obras teatrales. Sus obras se han traducido al checo, polaco, alemán y ruso.

Montan obra de Luisa Josefina Hernández

'Zona templada', que dirige Ignacio Escárcega, manifiesta las máscaras y justificaciones del amor: el rencor, la culpa o la esperanza

Ciudad de México (15 julio 2003).- No queda fantasía en pie en la dramaturgia de Luisa Josefina Hernández, cuyos personajes expulsan de su realidad a todo al que no logre calzar la zapatilla de cristal, pero esa búsqueda amorosa se torna un solitario encierro con el ideal.

"Basta que la pareja sea como es, para que todos nuestros sueños e ilusiones acaben destrozados.
En lugar de acercarse al ser humano que queda delante y decir a ése es al que voy a amar, uno recompone la fantasía, que frente a la complejidad de los seres humanos resulta pequeña y estática", añadió Fernando Martínez Monroy, discípulo de la escritora.

En Zona templada, la autora manifiesta las máscaras y justificaciones del amor: el rencor, la culpa o la esperanza y encamina a los protagonistas a un callejón sin salida, hasta que cada uno se enfrenta a las mentiras que han terminado contándose a sí mismos.

"La ruptura del ideal es doloroso porque aunque sea problemático es absolutamente amado y forma parte de nuestro inconsciente, aquello que queremos amar ya está en nosotros todo el tiempo. Buscamos que el amor sea imposible cuando queremos sentir, pero no relacionarnos, y el enamoramiento implica la aceptación de un montón de verdades interiores".

El antiromanticismo dota de originalidad a la obra teatral de Hernández, no es complaciente con las fantasías individuales y obliga a los personajes a responsabilizarse de su destino. Sin embargo, la inteligencia e intensidad de los textos de la dramaturga impiden llevarlos a escena con la frecuencia necesaria, opinó el también profesor de teoría dramática en la Facultad de Filosofía y Letras en la UNAM.

De entre las 68 obras teatrales escritas por la novelista, por lo menos una veintena no se han montado, particularmente las que creó a partir del 2000 tras retirarse de la universidad y recobrarse de una enfermedad, comentó Martínez Monroy al señalar la diversidad de géneros y estilos explorados por su mentora (didáctico, festivo, realista y social).

Los protagonistas se rompen y desmoronan a medida que no encuentran a la persona que esté a la altura de sus fantasías, nadie lo está; de ahí que la propuesta dramática de Hernández forme parte del teatro realista, pues echa por tierra las ilusiones y no hace concesión alguna.

La historia de María y sus dos amantes, obra que se estrena este viernes a las 20:00 horas en el Teatro Coyoacán, guarda enorme distancia con el trillado melodrama y en su lugar se encamina por escenas que concluyen con una gran maestría y de modo inesperado, dijo Luis Miguel Lombana, quien forma parte del elenco de Zona Templada, junto con Dora Cordero y Guillermo Larrea.

A diferencia de otras estructuras dramáticas del teatro moderno, según Cordero, la obra de Hernández no pierde la dimensión psicológica para privilegiar el efecto y en cambio cumple con el anhelo de todo actor: profundizar el carácter de los personajes con lo que brinda variadas posibilidades de interpretación para el relato escénico.

Ignacio Escárcega dirige la pieza teatral tras conciliar su punto de vista con el de los intérpretes y optó por reducir los movimientos y desplazamientos de los actores para enfatizar el sentimiento y hacer de la puesta en escena "un espectáculo de la emoción".

"La crisis emotiva por la que atraviesan los personajes es casi como meterse a un pantano, pero en cada uno de los ensayos los actores renuevan el universo de la ficción y exploran cosas distintas, encuentran nuevos modos de resolver sus dudas", agregó el director.

Chopin es uno de los compositores sugeridos por la dramaturga para el fondo musical de la obra, a cargo de Ziggy Fratta, cuyo objetivo fue mantener la energía que permanece en el escenario entre las transiciones. Además, la escenografía fue ideada por Arturo Nava, quien consigue ampliar el espacio.

Zona templada se presentará los viernes, sábados y domingos en el Teatro Coyoacán -Eleuterio Méndez 11, Colonia Churubusco Coyoacán- gracias a un convenio entre la Sociedad General de Escritores de México, organismo que ofrece el espacio, y el Instituto Nacional de Bellas Artes, el cual produjo la obra.